DICIEMBRE
Narrativa escrita para participar en un concurso de la
ANEC de escritos literario en enfermería
y que ganó el segundo puesto
El hospital está casi
vacio, desierto, se acerca navidad
Las damas
voluntarias han organizado un concurso
del “mejor servicio decorado”, y ya en algunos se aprecian guirnaldas
relucientes, festones contorneándose al suave vaivén de la brisa navideña que
llega de afuera cargada de ilusiones, de risas, de música, de afanes, de
bullicio, de regalos, de planes..
En muchos corredores
pende la estrella de Belén, y al pasar frente a salas de cirugía, se proyecta
sobre un montículo de ropa sucia ensangrentada, tirada en el suelo, el
resplandor de las luces intermitentes
del árbol metálico de navidad cargado de
paqueticos con sueños frustrados, con esperanzas rotas, con técnicas asépticas
en serie
En mi pabellón hemos descuidado un tanto lo
relacionado a estas festividades decembrinas, sólo unas cuántas siluetas en
color plateado representando a la Virgen y San José salpicados de estrellas se
hayan pegados en las paredes de la entrada, a lo lejos un biombo de color
verde, verde esperanza, que aisla el servicio de quemados, sus gritos
reprimidos, sus gemidos sofocados contrastan con las alegres notas navideñas
que deja escuchar un radio transistor, son 17 nuestros pacientes quemados, la
mayoría por cocinol., hay hombres, mujeres, niños ahí dentro, afuera también
hay hombres, mujeres, niños con galones de
diferentes colores que hacen colas interminables para adquirir tan
apreciado producto para la preparación
de la cena navideña, cocinol, tus letras suenan a muerte, a dolor, a lágrimas ,
a futuro incierto
Y siguen
transcurriendo los días, las horas, los
minutos, se acerca el 24 de diciembre .muchos se ganaron la rifa para hacer turno ese día, y
llegan las 12 de ese día esperado para muchos, el ruido sordo e la pólvora, el
repicar de las campanas, las notas del himno nacional, la música navideña
también se cuelan por los corredores, por las ventanas, por los poros de un
hospital, muchos pacientes duermen o lo aparentan, otros gimen bajo las sábanas,
hay un movimiento constante de figuras de figuras de blanco por los largos
pasillos, no hay el silencio habitual de todos los días, de todas las noches,
es un hospital pero es navidad, manos que se estrechan, abrazos, feliz navidad,
ojos húmedos, el repicar continuo del teléfono, las añoranzas, la nostalgia,
luego lentamente va retornado el
silencio perdido, los ruidos habituales, el ritmo de siempre, el bebé que está
ávido de vida, el moribundo que sigue sus pasos, el herido que llega, la droga,
las estrellas continúan centelleando en el firmamento, la luna sonriendo, el
aire frío, la claridad naciente de la madrugada, otro día que empieza
DICIEMBRE 26 DE 1983
La semana pasada
estuve 3 días vestida de blanco con mi toca ladeada, no se porque se me tuerce,
contando camas, mesitas de noche, colchones de mi servicio, posteriormente
pasando a máquina, contabilizando precios de los elementos para entregar un
inventario de $526.000,oo por el que
debo responder, pero soy enfermera ,discípula de Florence Nitingale.
Ayer 25, de 7 am a 7 pm estuve de turno, un cielo azul,
un sol tibio afuera y éstos corredores
de hospital fríos por dentro, los pasillos son oscuros, pues aún en el día se
deben prender las luces fluorescentes, que gasto de energía, con que le hubieran colocado espejos tridimensionales,
unas ventanas gigantes, con eso bastaría y ahora se nos dice que los
compensatorios acumulados por trabajar
dominicales sin recargo ya no se nos
darán, entonces el hospital se sentía más frío
Hoy hemos tenido dos visitantes: 2 personas del comité
de infecciones a nivel central, me saludaron muy amablemente cuando pasaba
frente a cirugía, donde había un montículo de ropa sucia, ensangrentada, tirada
en el suelo, y al frente de salas de cirugía pendía la estrella de Belén y a lo
lejos se veía el resplandor de las luces intermitentes del árbol metálico de navidad cargado de paquetitos con
sueños frustrados, con esperanzas rotas, con técnicas asépticas en serie, con
protocolos de manejo, me muero de pena
A propósito les
contare que éste año el hospital luce muchos adornos navideños, pesebres,
árboles, coronas y todo hecho con material reciclable, los cauchos de
venoclisis, equipos de suero, pedazos de
galones, fuentes luminosas con agua que susurra, que canta, y que produce efectos visuales, táctiles, maravillosos,
Ah me aparte del
tema, los del comité de infecciones venían
con el jefe de quemados de nivel central y otros 3 distinguidos jóvenes
y simpáticos pediatras que también trabajan en quemados y que conocí en un
taller y que escucharon mis quejas, se
caracterizan por su disciplina en cuanto
fomentar y hacer cumplir la técnica aséptica, el aislamiento preventivo
y que además hoy se atrevieron a cruzar
el biombo de flores verdes que indica
“deténgase, pare, “ y
que aisla el pabellón de quemados del
resto, iban elegantemente vestidos en paño y corbata, se sentía el olor
embriagador de la colonia importada, me saludaron y yo sonreí como siempre