11 DE MAYO DEL 2004-
Y el
estaba ahí con sus 100 kilos de peso, sus 60 años, sus rasgos indigenas,
comprando su fracción de loteria,
como lo hacía todas las semanas desde
hacia 20 años, tambien habia trabajado en la policia, tenia un grado de
sargento, decía habipeleadao contra la delincuencia común en nuestros montes hacia 40 años, habia
manejado morteros, metralletas, fusiles, patrullaba los llanos orientales al
mando de un batallon de 40 hombres y
entonces me dijo “jefecita el ùnico
camino de este pais es el perdòn y el olvido” y se llevò las manos a los labios
simulando un juramento, luego sus dedos trazaron algunas lineas imaginarias sobre el mueble de
madera que estaba a la entrada y pude ver el anillo macizo en oro con una
piedra tallada en rubi junto a su argolla de matrimonio, que nunca se quitaba.
Minutos
antes el habìa golpeado a mi consultorio
y me dijo “jefecita otra vez me inaguraron” si por segunda vez en menos de 7 meses, a este
hombre que era nuestro vigilante portero, le habian robado el orinal del baño
publico, el orinal era en loza blanca de mas o menos 50 x 60 centimetros y estaba pegado con
cemento, el baño quedaba mas o menos a 7 metros del area donde él, todo el dia se paseaba , frente
a la puerta de acceso al Centro de Salud, “por mi madre jefecita le juro que yo no me he
movido de la puerta, todo el dia he estado ahí, mirando revisando todo
paquete” me dirigi al baño
y vi que el tubo metalico estaba ahí, faltaba el orinal, el olor ocre continuaba y la pared con la silueta vacia,
los restos de cemento y el orinal ausente, que un día sirvió de consuelo
a aquellos que llegaban en emergencia prostàtica, entonces miro a nuestro vigilante, con su buzo
en lana azul oscuro , parece un
escolar, su abdomen prominente, su andar vacilante, su pantalon en dril
brillante, sus zapatos tenis de tela de color blanco, a lo lejos escucho la
grabaciòn que tiene la señora de los helados que se para todos los dias frente
al centro y entonces el “mister” así le digo, sale corriendo a comprar su
helado matutino y su oblea vespertina
Y
luego al rato me dice “ jefecita voy a escribir mi libro, sobre las cosas que
he vivido en estos 20 años” “ por favor
mister dejeme ver su libro “ le suplico.