domingo, 11 de agosto de 2013

Memorias de Erase una vez una enfermera,

Estoy llegando a las últimas páginas de mi blog,  les pido disculpas por la publicación anterior, ya que era del año 1989  y no se publico en esa fecha sino  posteriormente,

Enero del 2007, un día de trabajo

Miro el reloj, son las 12:20 PM tengo 40 minutos para almorzar, estoy cansada he atendido 14 pacientes, 14 historias de vida, tomo entre mis manos  el arrume de historias clínicas para llevarlas a estadística, abro la puerta, un aire fresco llega a mi rostro, el día está soleado y pienso - que habrá hoy de almuerzo?- casi percibo el olor a cilantro, a pimentón que tanto utiliza doña maría para sazonar, entonces la veo a ella, su tez morena, sus dientes blancos, su abdomen redondeado, sus pendientes largos, junto a ella hay un niño de unos 3 años que me mira sonriente
-  Señora me atiende, es que todavía no estoy en control?
- A qué horas tiene la cita, le digo
-Yo no tengo cita y me dicen que usted es la que manda los exámenes y la ecografia pero sólo me dieron permiso ahora a medio día
Miro tu vientre, tendrás unos cinco o seis meses de gestación, ya tienes un rostro, ya escuchas, ya te mueves, ya sientes, ya llevas tu dedo a la boca, ya haces gestos de agrado y de desagrado, seguro que me estás mirando...
-Pero señora es que mañana tengo que trabajar, yo vendo cocadas
Y entonces a mi nariz llegan todos los aromas, el del coco, el de la panela, el de la piña, el de la guayaba, el del anís, de pronto te imagino con tu bandeja de postres sobre tu cabeza, tu marcha erguida, tus pasos perdidos en la gran ciudad, tus pies cansados de la tarde, miro tus manos, tus uñas cortas con rastro de esmalte, observo que tienes una cicatriz en el brazo derecho, se ha decolorado, contrasta con el color ébano de tu piel
_Que dice  señora?
- Bueno está bien, pero tendremos que apurarnos pues a la una empiezan a llegar los pacientes de la tarde, dame un minuto mientras me tomo un jugo, le digo
Vanesa te llamas, es tu segundo hijo, tienes sólo 20 años, y ya has conocido el amor, el dolor, la rabia, la ternura, la soledad, la esperanza, igual que yo, igual que tú, igual que Anderson tu pequeño hijo de 3 años, que un día cuando tu llorabas de desesperación se lanzó a tus brazos, y te abrazo diciendo: - mamá yo quiero un hermanito- y fue ahí cuando tu corazón de madre se estremeció por segunda vez, enjuagaste tus lágrimas, las cambiaste por una sonrisa y lo decidiste - sí tendrás un hermanito al que querré tanto como a tí- entonces sus manos instintivamente van a su vientre, empieza a acariciarlo, sus ojos se iluminan, sus senos palpitantes se agitan
- Mira Anderson tu hermano se está moviendo, tócalo- entonces el chiquillo coloca sus manos delicadamente sobre el abdomen de su madre, rayos de luz, rayos de amor, rayos de energía divina invaden el  consultorio, yo los miro con respeto,
Vanesa fue víctima de abuso sexual por parte de un desconocido, hace exactamente 6 meses, había venido a ala gran ciudad en busca de un futuro mejor, con los recuerdos de los atardeceres donde el mar y el sol se funden en uno solo, donde las olas susurran canciones de amor, pero luego vino el dolor, habías vacilado, habías dudado en tener ese bebé, todos opinaban, todos decían, todos murmuraban, hasta la voz de tu madre entrecortada a través de la línea telefónica, pero solo tú Vanesa  debías decidir, te hablaron del aborto, te hablaron de la adopción, te hablaron, te hablaron, en fin...primero en la comisaria, luego en el Instituto de Bienestar  Familiar, pero luego habló tu corazón o sería Dios? "Dios tiene un plan para cada niño no nacido dice la Biblia en el Salmo 39"   "y que dice la  Legislación sobre el aborto en caso de abuso?"  " y que  dices tú Vanesa? Te has parado frente a mí con valentía, con la mirada abierta y me has enseñado el significado de la palabra Amor, en silencio has cuestionado mi fe, sin hablarme me has dado una lección de valor. sin acercarte me has tocado el alma, yo sólo estoy acá para aprender,
-Ahora vamos a escuchar a tu hermanito y miro al chiquillo, mis manos se deslizan por tu vientre, tu piel suave sin estrias, palpo tu dorso, palpo tus formas, palpo tu cabeza, si tu cabeza , me deslizo con el doppler lleno de gel y  entonces aparecen tus latidos son fuertes, rítmicos, galopantes, con ganas de vivir, los ojos de Vanesa se humedecen , los míos también, la sonrisa de Anderson lo ilumina todo
-Bueno Vanesa aquí están las órdenes de laboratorio y la orden de la ecografia, me permites abrazarte y agradecerte por la oportunidad de conocerlos a ustedes tres