domingo, 26 de mayo de 2013

trabajo  y  más trabajo...ahora esa palabra la dimensiono distinto, cuanto aprendí, cuanto viví, cuanto miré, cuanto escuché, cuanto sentí, gracias a la vida,

11 DE MAYO DEL 2004-

Y el estaba ahí con sus 100 kilos de peso, sus 60 años, sus rasgos indigenas, comprando su fracción  de loteria, como  lo hacía todas las semanas desde hacia 20 años, tambien habia trabajado en la policia, tenia un grado de sargento, decía habipeleadao contra la delincuencia  común en nuestros montes hacia 40 años, habia manejado morteros, metralletas, fusiles, patrullaba los llanos orientales al mando de  un batallon de 40 hombres y entonces me dijo  “jefecita el ùnico camino de este pais es el perdòn y el olvido” y se llevò las manos a los labios simulando un juramento, luego sus dedos trazaron  algunas lineas imaginarias sobre el mueble de madera que estaba a la entrada y pude ver el anillo macizo en oro con una piedra tallada en rubi junto a su argolla de matrimonio, que nunca se quitaba.
Minutos antes el  habìa golpeado a mi consultorio y me dijo “jefecita otra vez me inaguraron” si por   segunda vez en menos de 7 meses, a este hombre que era nuestro vigilante portero, le habian robado el orinal del baño publico, el orinal era en loza blanca de mas o menos  50 x 60 centimetros y estaba pegado con cemento, el baño  quedaba mas o menos a 7 metros  del area donde él, todo el dia se paseaba , frente a la puerta de acceso al Centro de Salud,  “por mi madre jefecita le juro que yo no me he movido de la puerta, todo el dia he estado ahí, mirando revisando todo paquete”  me dirigi  al baño  y vi que el tubo metalico estaba ahí, faltaba el orinal, el olor  ocre continuaba y la pared con la silueta vacia, los restos de cemento y el orinal ausente, que un día sirvió  de consuelo  a aquellos que llegaban en emergencia prostàtica, entonces miro   a nuestro vigilante,  con su buzo  en lana azul  oscuro , parece un escolar, su abdomen prominente, su andar vacilante, su pantalon en dril brillante, sus zapatos tenis de tela de color blanco, a lo lejos escucho la grabaciòn que tiene la señora de los helados que se para todos los dias frente al centro y entonces el “mister” así le digo, sale corriendo a comprar su helado  matutino y su oblea vespertina
Y luego al rato me dice “ jefecita voy a escribir mi libro, sobre las cosas que he vivido en estos 20 años” “ por favor  mister dejeme ver su libro “ le suplico.



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