jueves, 15 de marzo de 2012

MEMORIAS DE ERASE UNA VEZ UNA ENFERMERA

Estos escritos fueron hechos ya hace 30 años,  cosas de viejos....


MARZO 31 DE 1982
Gente  que pasa, gente que queda, caminante no hay camino, se hace camino  al andar, en un hospital, en  una institución, en todo lugar, siempre hay gente que llega y gente que se va.
El viernes nos lo dijeron y el lunes llego la Enfermera Coordinadora en comisión, es una señora de unos  50 y tantos años, estuvo recorriendo el hospital,  conociéndonos, reconociéndonos…
También llego nuevo director es un señor de unos 65 años, cabello blanco, piel aún tersa y sonrosada, ojos azules, ceño no sabría si serio o fruncido, mirada escudriñadora, de primera vista me recordó al viejo médico de familia de antaño, pero hoy a las 7:20 cuando llegué, se me tornó represivo, serio, frio, a la  puerta de entrada de todo el personal, yo llegaba tarde, casi todo el mundo llega tarde acá y él ahí parado sin decir nada, era como un reloj que se ponía enfrente a nuestros ojos, era como nuestra conciencia que ahí parado nos recordaba la hora de llegada, todos estábamos aterrados, expectantes, yo diría que miedosos.
Luego vino el Secretario de Salud y hubo reunión general, yo no pude asistir, en mi servicio solo somos 2 personas, patricia una auxiliar y yo, prioridad nuestros pacientes, al parecer mejoraran fallas que se están presentando, sobretodo en insumos, una voz de mujer que aún no he identificado me llamo y dijo “ el doctor secretario de salud acaba de entrar jefe, le aviso” y colgó, que curioso
Hoy la jefe en comisión me ha dicho con dificultad “ y tu no te pones toca?” y yo le contesto “que no” y añado – el año pasado compré una  toca y me la puse diariamente durante 15 días, mientras trabajaba en el servicio de sépticas de acá, al que realmente solo ingresan pacientes infectadas en grado mínimo, como endometritis postparto recientes y controladas, o heridas quirúrgicas de cesáreas infectadas detectadas precozmente, yo trabaje como siempre, enfatizando  en atención directa  a mis pacientes,  al cabo de 15 días se tomó cultivo de mi toca, especialmente en pliegues y debajo de la cinta  y se encontró E. Coli , hongos  y estafilococo albus, se repitió la experiencia con resultado positivo de contaminación, y ahora que sé esto me siento incapaz de colocarme toca y menos en éste servicio tan contaminado, aunque para hacer curaciones siempre me pongo una blusa larga, estéril y gorro- mi jefe en comisión dijo , me pareció que en tono de ironía – que esto era muy interesante y de gran trascendencia y que podría presentar un trabajo al respecto en el próximo congreso- pues no es mala idea
JULIO DE 1982
Este  ensayo fue escrito  en ésta fecha, pero solo hasta julio de 1988, se publicó en LA REVISTA DE LA ASOCIACION DE ENFERMERAS DE COLOMBIA, se trascribe tal y como aparece en dicha publicación.
LA TOCA TRADICION PELIGROSA
“debes utilizar uniforme completo, no se olvide de la toca”, nuevamente escuche aquella sentencia antes mencionada en mis otros trabajos, y nuevamente vinieron a mi cabeza las respuestas que ya alguna vez había utilizado para justificar el no usarla.
La verdad no sabía cual respuesta sería la mas indicada en éste caso “ no se me sostiene”, “me acalora”  ;”me produce jaqueca”, “ me recarga el cerebro” y sin decidirme por ninguna, me pregunte porqué sinceramente no me gustaba usarla. El uso de la toca, fue impuesto por las Beguinas, asociación de mujeres que como consecuencia de  las múltiples guerras llevadas a cabo durante  el feudalismo quedaron solas y en medio de la miseria reinante dicidieron  recluirse en los Beguinajes (centros religiosos), haciendo votos de castidad, y obediencia, dedicándose entre otros al oficio de la enfermería.
Ellas usaron una cofia como una forma de distinguirse de las demás mujeres, en especial de las prostitutas, otra proporción femenina que debió  ganar su sustento presionadas por la fuerte depresión económica.
Las Beguinas desaparecieron en el siglo XVI, pero el uso de la toca  aún se conserva. Y es así , como vemos  en los buses y busetas, en vehículos particulares, en calles y supermercados, colegas uniformadas, que además de su bolso llevan dentro de un empaque plástico su Toca, con el fin de evitar que se le dañe o ensucie
Yo  pregunto si una profesional de Enfermería tiene el mismo número de tocas y de uniformes? Y si no es así, como logra que la una pueda estar tan fresca y pura como el otro?
Es muy común en nuestra profesión que una misma enfermera trabaje en dos sitios, o que deba supervisar hasta tres o cuatro servicios. Así en cuestión de minutos, se pasa del servicio de quemados al de recién nacidos y de allí a otro y así sucesivamente.
El pulcro uniforme  blanco continua así y la toca aún más, pero interiormente es así? Si observaramos a través de un microscopio que encontraríamos?
Tanto  cavilé este tema, que decidí realizar un pequeño estudio, escogí tres tocas: la mía de todos los días, una nueva y la tercera de una auxiliar de enfermería.
Tenía asignado un servicio de ginecología, dividido en varias secciones: postquirúrgica, cirugía ginecológica  y cesáreas, , legrados, sépticas refiriéndose a pacientes con abortos provocados, cirugías ginecológicas infectas y pacientes con infección puerperal. Al fondo estaba la sala de legrados, donde una vez al día se les realizaba   a las pacientes  que necesitaban éste tratamiento.
Comencé utilizando mi oca nueva y luego de 8 días se tomaron cultivos en la parte delantera, debajo de la cinta y en pliegues reportando cultivo positivo para ESCHERICHIA COLI, ESTAFILOCOCO AUREUS Y LEVADURAS.
Posteriormente previo lavado de mi “toca de todos los días” y luego de un uso de más o menos 15 días, se reporta la misma flora, notándose  un incremento en las levaduras, además de las esporas.
El cultivo de la toca de la auxiliar de enfermería que trabajaba  en mi servicio dio un resultado bacteriológico igual a los anteriores 
Mi servicio de ginecología era  desinfectado con relativa periodicidad con hipoclorito y se tenía especial cuidado en la desinfección terminal de las unidades de legrados, sépticas  y sala de legrados, ésta última quedaba al final del pasillo, pero sin una división franca
Al ver éstos resultados se me ocurrió diseñar una encuesta  informal para se aplicada verbalmente a 20 miembros del personal de enfermería, las preguntas debían realizarse con suma sutileza. El cuestionario básico se reducía a preguntas  simples:
1-      Trabaja en  otro  sitio
2-      Cada cuánto lava su toca?
3-      Se cambia de uniforme todos los días?
4-      Cada cuanto lava su cabello?
Encontré que aproximadamente el 30% trabaja en otros sitios (6 personas)
-          Lavado de toca 30% cada 15 días,  60%  cuando la veo muy sucia  y me acuerdo, 10% nunca
-          Cambio de uniforme 95 % diario,  5% cada dos días,
-          Aseo del cabello 20% todos los días, 50% cada segundo día, 30% dos veces por semana
Reflexioné sobre  los resultados de mi encuesta y los del estudio bacteriológico,  y pude dar  una respuesta concreta: no usaría toca, ya que la consideraba como un medio importante de contaminación.
Ahora solo justifico su uso en ocasiones solemnes y la he desechado como elemento imprescindible  en mi trabajo

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