viernes, 20 de enero de 2012

Memorias de Erase una vez una Enfermera

y antes no era todo desechable..

FEBRERO 21 DE 1982
Hoy mi horario asistencial terminó a las  10AM, razón : dos reuniones que se cruzaban. Una de las reuniones en simultánea era la del comité de infecciones institucional, al presidente de éste comité lo encontré en el pasillo enfrente de la sala de juntas contigua a la oficina del director “ la reunión es de carácter obligatorio” le  acababa de llamar el director, pero no se pudo hacer porque cedieron tiempo y espacio para pasar unas diapositivas sobre monitoria fetal a nosotras las enfermeras jefes, asistimos 9 enfermeras y dos médicas rurales, el taller estuvo a cargo de una técnica especializada en los Estados Unidos, quien nos hablo de monitoria fetal externa, las alteraciones que pueden observarse en el trazado de las pacientes maternas hospitalizadas, es un tema muy bonito y útil, vamos a recibir entrenamiento en el manejo del equipo.
Con relación al comité de infecciones, quedó programado para la otra semana, pues las infecciones  intrahospitalarias suelen representar una seria amenaza para los pacientes y para las instituciones de salud por lo cual el comité de infecciones debe implementar programas de control, hacer análisis de información  con enfoque epidemiológico y comprometer a  los diferentes niveles institucionales; casi siempre éste comité multidisciplinario está coordinado por una enfermera, que debe ser de dedicación exclusiva, aunque aquí nos rotan para asistir a los comités de la secretaria, no hay enfermera exclusiva, se nos dice que es importante establecer normas para los principales procedimientos asistenciales, educación al personal, se está tratando de registrar eventos no deseados, pero realmente no hay mucho compromiso. Aquí se empieza a evaluar el reuso de elementos  médico quirúrgicos como guantes quirùrgicos, agujas  hipodérmicas, sondas de nelaton  que se esterilizan  y se vuelven a utilizar, también se empieza a hablar del control de  áreas de circulación restringida, unas se cumplen otras no, pero a Dios gracias el Ministerio de salud ya está reglamentando
Al salir recordé que el domingo  supervisé, administré, manejé  6 servicios, en pediatría revise las tarjetas de droga, luego la solicite, aunque algunos medicamentos no los hubo, pasé lista de dietas usurpando el terreno de la nutricionista y camine de un lado para otro, subi y baje escaleras no menos de 50 veces, mucho derroche de energía y a medio día pude disfrutar de un frugal almuerzo compuesto de dos canastas de papa criolla, dos pedazos de chorizo, compartido con una compañera impecablemente vestida de blanco y atendidas en una fritangueria   del barrio muy concurrida, que apenas les alcanza el tiempo para cambiar la bayetilla  de uso común que cambian diariamente y que usan en lugar de servilletas. Esto de almorzar así se ha dado últimamente, porque  no nos venden almuerzo a los que trabajamos 12 horas, algunas auxiliares cocinan en el servicio, todos lo saben, hasta los del comité de infecciones, ayer cuando estaba revisando historias clínicas en pediatría, llegaba a mi nariz un olor a cebolla frita, ajo, que se mezclaba con el olor de los pañales  mojados

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