sábado, 16 de junio de 2012

memorias de erase una vez una enfermera....

bueno, en estos últimos días ando devolviendo el tiempo a mi voluntad...pues como escribí esto hace más de 20 años,  y al releer éstas líneas y ver como la vida pasaba, sucedían tantas cosas, todo era tan de prisa, me parece a veces que yo solo me miro a través del tiempo..


OCTUBRE 12 DE 1983
Nuevamente trabajando, había estado durante 7 días fuera, haciendo una capacitación sobre atención al paciente quemado, en un hospital pediátrico, el servicio de quemados  está bien dotado, aunque  se le nota el paso de los años, sus baldosas percudidas, su olor a rancio, un poco oscuro, cuenta con 15 camas, 2 destinadas a cuidado intensivo con monitores cardiacos, bombas de infusión, circuito de televisión cerrado, además hay una minicentral de esterilización en el mismo servicio, otra cosa, existe un pequeño laboratorio adecuado para tomar cuadro hemático, glicemias y gases arteriales, está manejado por enfermeras
Algo que me llamó la atención fue la utilización de la luz ultravioleta para detectar la presencia de  pseudomonas, es  casi la misma máquina que se utiliza para detectar billetes falsos, parece que la luz ultravioleta  detecta los billetes falsos y desenmascara las pseudomonas, de tal forma que si  cualquiera del equipo de quemados intuye su vil presencia, su intromisión, su deslealtad, coloca la maquinita, la prende y la  coloca sobre el tejido sospechoso y que ve entonces una manchita verde, sugestiva que dice cuidado, te destruyo o me destruyes,,, ellos están utilizando hace  2 años el tratamiento triconjugado en quemaduras  de primer grado y  segundo grado superficial con excelentes resultados, disminuye el riesgo de infección, evita en algunos casos la hospitalización, disminuye el costo del tratamiento  y sana muy rápido.
El médico que  dirige el servicio es el mismo que coordina  la tención del quemado a nivel central, se  dijo que en definitiva solo contaremos con 12 camas para quemados, 8 para adultos y 4  pediátricas, que  los pacientes  vendrán reanimados de otro hospital, que habrá una unidad piloto para manejar al  paciente quemado
Son las 12, salgo y veo que las colas de cocinol continúan en nuestros barrios pobre, hay muchos niños en ellas, éste combustible es subsidiado por el gobierno  con miles de millones de nuestros devaluados pesos, pero deja miles de “muertos psicológicos” dice el coordinador, claro que a nosotros nos llegan las consecuencias de un problema latente, se nos dice que el costo diario de un paciente quemado en ésta institución asciende a $12.000 pesos diarios, todo lo consumimos en el tratamiento y la prevención queda ahí
Como hay estudiantes de administración los “he dejado libres” o  a lo mejor me he liberado yo, hace más o menos 2 meses están viniendo, hacen su práctica de administración hospitalaria, son como nosotros  éramos o serán como nosotros en un futuro?, como nos verán, como nosotros vimos a nuestras pasadas colegas? A veces uno es idealista, luego de repente se ve lanzado violentamente a la realidad, primero critica, cuestiona, luego entra a un sistema, de deja muchas veces absorber por él, Dios mío  ayuda  mis futuras colegas, si Florence Nitingale se levantara, como nos vería?, Florence Nitingale, lloro, grito, protesto, gimo, no quiero que  hay un suicidio profesional colectivo.

NOVIEMBRE 21 DE 1983
Lunes, mañana martes, pasado mañana miércoles, he vuelto al hospital, la semana pasada estuve en calamidad doméstica, durante 24 días viví  la tensión de la agonía de mi padre.
Había pasado dos semanas   si mucho con pacientes neurológicos  cuando era estudiante, pero ésta vez era mi padre el paciente neurológico, atado a un respirador, con suero, inconsciente, con sonda nasogástrica, con sonda vesical, monitorizado, me sentía incapaz de actuar, porque además de la angustia que se siente frente a una situación de impotencia, de  la espera de un desenlace, era papá, cuando lo aspiraban, cuando sentía que estaba lleno de secreciones, cuando creía que empezaban a danzar peligrosamente las benditas ondas del  monitor, era una angustia doble, triple, incuantificada, en un principio tenía la certeza de que moriría, luego tuve la esperanza de que sobreviviría, pero fue mejor así papá, no podías estar condenado a una vida vegetativa
La gente dice cuando se trabaja en salud se está más acostumbrado al dolor humano, si convivimos con el dolor, pero eso no nos hace insensibles, sentimos quizás más, pero nuestra concepción de la vida y de la muerte es distinta
Ayer llegó un paciente muerto a urgencias, lo vía pálido, los labios entreabiertos, gimientes, los brazos rígidos, coágulos de sangre cubrían su pantalón, tenía un trapo colocado como torniquete, fue abaleado por escopeta, luego fue a la morgue en espera de la cadena que venía, yo lo sabía, pues lo viví hace 5 días cuando papá murió, a los accidentados, a los suicidas, a los quemados, a los matados, tras su muerte debe soportar las deficiencias  administrativas de entidades hospitalarias y de institutos de medicina legal, para que la tierra los acoga
Tuvimos que esperar casi 24 horas en un edificio oscuro, sucio, triste, tétrico, atendido por personajes delgaduchos, pálidos, de aspecto enfermizo, con caras  vampirescas, para ellos lo  cotidiano es la muerte, si la muerte,, las necropsias, las enormes bandejas con cuerpos rígidos, desnudos , fríos
Se ven situaciones tan insólitas como pies que se asoman a través de los baules de los carros, con los rostros cubiertos por sábanas, así llegó una niña de 13 años que murió atropellada por un carro y el mismo chofer del carro la traía así, me pregunto cuántos kilómetros recorriste con tus pies calzados de tenis azules, en un incómodo baúl, para luego pasar la cadena de la muerte
Al escribir esto creo volver a percibir el olor a formol, a sucio, siento que el fantasma de la muerte, la irreverencia por los muertos y la desconsideración por los vivos, nunca, nunca trabajare en un sitio así

NOVIEMBRE 25 DE 1983
Nuestro servicio está vacio, desierto, se acerca navidad
Ayer Fabio fue  llevado   a un instituto de rehabilitación, él es nuestro paciente  parapléjico, como tiene unas escaras muy profundas no lo aceptaron, dicen sólo empezaran a rehabilitar cuando no tenga ni un rasguño, yo me pregunto cuándo?
Hay muchos pacientes quemados 17, las filas de cocinol continúan ahí hasta el final de los tiempos, ellos ahí retorciéndose de dolor, pensando que talvez en navidad estarán en sus casas, preparando la cena de medianoche en una estufa de gasolina, gasolina, cocinol, tus letras  suenan a muerte, a dolor , a lágrimas, a futuro incierto, que importa lo que piensen ellos..ésta tarde dijeron vendrá la esposa del presidente, habían dicho que vendría ayer, y ayer  decían que  vendría antier, de pronto hoy, quien sabe tal Vez

Primeros de diciembre de 1983
Muchos de los servicios lucen ya guirnaldas de navidad, festones, arreglos navideños, las damas voluntarias  han organizados un concurso del  mejor servicio decorado, el nuestro luce a la entrada unas  siluetas de las figuras del pesebre hechas en papel plateado, unos metros al fondo  se  ve un biombo verde aislando los quemados y sus gritos representan las notas navideñas
 Y ella con su vientre de 7 meses, quemadas sus piernas, infectada con pseudomonas  reportó el laboratorio, a ésta hora ya habrá tenido su bebé, pues empezó franco trabajo de parto no obstante los utero inhibidores  que se  le aplicaron, pobrecita, estaba tan angustiada, “ que tengo señorita” me dijo “   “ que es eso del  borramiento” pues una instructora de enfermería de la universidad le hizó un tacto vaginal y empezó a hablar de borramiento y dilatación pero no le mencionó nada a la paciente,
Como el índice ocupacional es bajo, antier he pasado 4 horas revisando cartapacios de ordénes de entrega, para revisar que elementos estaban a mi cargo, como trabajó acá hace más o menos 4 años y he rotado por casi todos los servicios, revisé unos 60 blocks de recibos y encontré que le debó a la institución 62 jeringas, 65 termómetros, 4 docenas de agujas de sutura y unas cuantas sondas, sin contar el inventario de apertura del hospital,  nadie nos  dijo que nosotras las jefes debíamos pagar las jeringas, los termómetros, las sondas que se deterioraran, o a cambio entregar los restos de éstos elementos de consumo, esa es su clasificación en cuanto a elementos : elementos de consumo, además en la universidad no me dieron la asignatura llamada inventarios.
De tal forma  que ayer he recorrido todos los servicios y con ojos suplicantes he pedido restos de éstos elementos y he conseguido 10 jeringas rotas, 8 termómetros también rotos, en fin me he paseado el hospital con mi talega  plástica
Hoy ha amanecido el día gris, hace frío, anoche no hubo agua, lo que implicó que no se lavó ropa y tampoco se esterilizó material, hoy se cancelaron las cirugías programadas, no obstante se siguen recibiendo pacientes maternas, a pesar de no existir las condiciones mínimas como agua, guantes, ropa estéril, hemos pataleado tanto, hemos protestado, hemos propuesto alternativas, entonces terminas  por aumentar tu nivel de frustración al máximo, lo estiras como caucho o como goma de mascar y no sufres..
Como el director estaba en una reunión, la administradora en otra, abordamos al subdirector que estaba  en un auditorio con unos estudiantes de medicina, cuando le comentamos que así no se podía seguir atendiendo a  nadie  a menos que fuera inmortal, dijo que estaba un poco enfermo, con la tensión alta, pero que iba a llamar a un alto funcionario de  nivel central, fuimos entonces a su oficina y empezó a utilizar el teléfono, luego apareció un médico rural quien le tomó la tensión arterial “ 130-100” lo que hizo estremecer de angustia  al subdirector, luego más presión por parte de las enfermeras  junto con una  profesora de la universidad, cuando entro una colega furiosa pidiendo que  le  consiguieran un sitio pulcro para el bien morir de una  paciente que acababa de ingresar.

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